1ª de cuá

Dos personas escriben en este blog (queda indicado quién escribe qué al inicio de cada entrada): Titolino y Titolina, pretendemos contar estados de ánimo, recuerdos, pequeños momentos, fantasías y deseos. Bienvenidos los que sienten de verdad o los que guardan un pequeño espacio dentro para hacerlo algún día... ***Textos e imágenes registrados en la Propiedad Intelectual. Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso expreso de los autores***

17 septiembre 2006

Hulkina.

****Titolina says: coge tu perro que a la que ladre...****

"Dedicado a todos aquellos que se empeñan en creerse superiores por tener más dinero enamorado de la hipocresía social. Vacíos, clasistas, prepotentes, paletos ignorantes. Gustan de crear problemas cobardes, vía móvil. Tómate un almax, corazón, mi Titolino fluye sin correa"

ALMAX

Preguntas por mí,
Y al oírte de lejos, me voy.
Subo las escaleras como un poema visual leído a oscuras.
Me asomo desde el pedestal y descubro
Que el hedor de mis iguales
Nunca olió tan mal en mi salón como cuando estaba lleno de idioteces.

Levanto la silla y descubro,
Que si miro arriba, no hay nada, y no es malo
Que si miro abajo, me encuentro un pasado
Que se quema sin astillas que se salven.
Pero no es el mío, no lo reconozco, no me pertenece,
No lleva mi nombre, yo sólo pertenezco al agua.
Y sólo el agua me pertenece.
Por eso lo pasado no puede quemarme por más que arda.
Pregunto el nombre a la silla: “Me llaman Presente pero nunca estoy”
…y me largo.

Lo tengo claro o no lo sé.
Si soy muy simple o complicada,
O lo que yo veo simple tú lo escupes en mis gafas,
Y soy miope pero no tonta, veo bien cerca
que te callas pero alargas la cara.
O la estiras con mierda,
¿es por eso por lo que eres tan feo?

Lo siento, no entiendo,
Qué clase de mundo viene a tus sueños,
Uno al que no puedes aferrarte arropando los sentimientos
Porque se derriten sin frío ni calor, como un hielo,
Un mundo por el que no pones la mano en el fuego,
Porque no hay fuego, ni para calentar un recuerdo.
( si exceptuamos las astillas de debajo de la silla del Presente, claro )

Tus deseos se han ido,
Vagan reprimidos por el Corte Inglés, y en la planta baja
Se vuelven muy conscientes de que el amor está de rebajas,
Que cualquiera puede pillar un dos por uno,
Pagar un veinticinco por ciento menos por abrazar
Y disfrazar un beso seco,
De secretos tiemblos al oír el nombre de quien te acaricia.
Si es que te acuerdas de cómo se llama aquella que conociste en las cruces.
¿cómo era?¿qué buscaba?¿qué decía que le gustaba?
Supones que lo mismo que a todas, y aciertas.
Previsible.
Como tú.

Tus deseos, decía, se quedan en vela pensando en un móvil nuevo,
Son tan tristes que sólo piensan en letras,
Las del coche, de la moto, de la casa en la sierra,
Son tan diferentes de las que forman palabras como amor, libertad, sentimientos…
Esas son mis letras.
Tan ajenas y lejanas que el día que te golpearon en la cara
Las creíste taan fuera de lugaaar,
un acto tan poco adecuado y tan salvaje
como esas tribus de los documentales
Que ni siquiera tienen móvil.

Un día, en la escalera, esa que yo he subido hace un rato,
Dices buenos días a tu vecino,
Juan, un molde fabricado con costuras de sometimiento.
Igual que tú.
Y te sienta tan mal descubrir la verdad,
Como tomar leche cortada, huevo podrido y mayonesa con salmonelosis para merendar.
Todo de golpe.
Recurres al almax,
Y tu alma se lo bebe pensando que eres gilipollas.

Si alguien algún día tiene un futuro igual al mío,
Que sea porque decidimos compartirlo,
No porque algún ente metafísico así lo decida.
Que sea para simplificar el espacio que hay entre un amanecer y una sonrisa,
Que sea para observarte con el sobre de almax,
Y gritarle a tu alma, “¡pero mira que es gilipollas!”
Es lo justo.

El día que te intenté explicar qué pasa por mi cabeza,
Acabaste aprendiendo chino,
Te suena así de exótico e ininteligible lo que digo.
Tú suenas efímero, banal.
Todo es superficial por tu mente, y mejor así,
No vaya a ser que llegues tarde a las rebajas.

Es fácil entender lo que yo no busco,
Prefiero caer y levantarme,
(no dudes que lo haré),
Antes que sentarme en la silla, de rodillas,
A ver pasar los días.

Para que me entiendas,
Rompo relaciones con el mundo,
Así me niego a que me entiendas,
Que ya me cansé de dar mi brazo a torcer,
Porque me duelen
Las esguinces que provocan tus vacíos.
Y en la tienda de las vendas
No me venden los calmantes,
Porque no hacen juego con el jugo de mis vasos,
Quedan mal con mis ojos,
Cada uno por su lado,
No pegan ni con negro,
No resaltan mis pómulos,
No acentúan mis caderas, no tienen clase,
Y, ya de paso, está pasado de moda recuperarse.

No me miro el ombligo.
No compito.
No intereso,
Y te digo,
Que tú en tu mundo, yo en el mío,
Y todos tan contentos.

Mar adentro,
Es incompatible vivir con seguir o perseguir al rebaño.
Como idiotas, las ovejas,
que siguen seguras mientras no se enfrenten con su soledad,
Mientras sigan pegadas las unas a las otras aunque estén cayendo por un abismo,
Mientras sea otro el que les diga a donde van.
Yo me voy, donde el agua cubra,
-el agua asusta al rebaño,-
Donde el agua cubra.
Mar adentro.

Con el principito converso,
Y con algún que otro ser también feo,
Pero sin pelo.
Qué listos somos,
Que sabemos de sobra
Qué es vivir.
Tenemos mucha vida por delante.
Y por detrás.
Y por las esquinas.
Tú tienes un móvil nuevo,
Un coche,
Y desde ahora,
Clavada esta espina,
Y muchos sobres de almax.

La espina de saber, de golpe,
Que lo importante
No lo has visto,
Ni de lejos.

Preguntas por mí,
Y al oírte de lejos, me voy…
Distinguiendo, en tu cara, un poema visual.

Etiquetas: