1ª de cuá

Dos personas escriben en este blog (queda indicado quién escribe qué al inicio de cada entrada): Titolino y Titolina, pretendemos contar estados de ánimo, recuerdos, pequeños momentos, fantasías y deseos. Bienvenidos los que sienten de verdad o los que guardan un pequeño espacio dentro para hacerlo algún día... ***Textos e imágenes registrados en la Propiedad Intelectual. Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso expreso de los autores***

31 julio 2006

Vidas desenfocadas.


*al habla titolina*


- No entiendo nada - dices.
- ¿qué no entiendes?
- Los comportamientos de la gente, los esfuerzos para nada, el sentir y saber que has hecho el gilipollas, que has dado todo para nada. Me duele querer. No quiero querer más.
- Gracias por la parte que me toca...
- ¡Tú vas aparte, gili!
- De todas formas, cuando dejes de querer y te conviertas en un armario me avisas, que me vienes muy bien al lado de la encimera.

Sonríes.

- Puedes meterme bebidas dentro. Y una maceta. Todas las que quieras. También me puedo convertir en otra cosa si quieres.
- Ok. Me da igual en lo que te conviertas. Como si eres un león. yo te pondré al lado de la encimera- y me lanzo de un salto a tu espalda.
- Es que es una mierda - me dejas en el suelo - me siento estúpido.
- No te sientas estúpido. Te queda el consuelo de que has dado lo mejor de ti. No puedes pretender que todos lo entiendan, ni tan siquiera que se den cuenta. Te queda el consuelo de saber que, al menos tú, no te has censurado. No estés triste.

Te disfrazas de "humano normal" y te vas a trabajar. Nos despedimos prometiendo que volveremos a vernos pronto. Y ambos nos vamos pensando en nuestras vidas desenfocadas. Es como ver la parte de la vida superficial borrosa, en un segundo plano, es como que sólo ves claro lo que es invisible a los ojos, como el Principito, sólo ves claro los sentimientos puros.

Sé que a veces voy muy a lo kamikaze. Pero no sé por qué es tan difícil de entender que prefiero quedarme con lo que de verdad importa, que intento pasar rápido todos los convencionalismos y quedarme con el alma de las personas. Sé que voy muy rápido. La espera me impacienta demasiado. Me impacienta conocer a alguien y saber que quiero que esté en mi vida para siempre, y no poder decirlo, porque asusta, y huye, o peco de sentimentaloide. Sé que es un gran defecto el mío, el de ir rápido.

Supongo que por ir rápido haré huir a Vir. Supongo que mis preguntas están fuera de lugar o no quieres responderlas o te dan miedo. Supongo que es difícil decirte que me importas sin que eso te asuste, pero es la verdad, y a veces se me olvida ir lento. Pero es que no todos los días se tiene el honor de conocer a una Virginia Woolf.

Lo siento. No quiero asustarte.

Mientras divago entre todos estos pensamientos, cambio de rumbo. Ya no cojo la maleta ni pillo el bus. Espero a que salgas de trabajar y te quites el disfraz de "humano normal", porque no puedo dejarte pensando en dejar de querer a todo el mundo...

Al menos si yo puedo hacer algo por evitarlo...

- ¿qué haces aquí? - preguntas sorprendido.
- Es que tengo una duda. No sé si quedas mejor al lado de la encimera o en el salón.

Pienso en las muchas personas importantes que hay en mi vida. Pienso en lo mucho que me han aportado y enseñado, en los grandes momentos compartidos.

Sonríes y me abrazas. Pensándolo bien, no está mal esto de las vidas desenfocadas. Así que sonrío yo también... De repente, se me ha olvidado por qué estaba triste.

( Titolino y Vir, os quiero a los dos...)

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30 julio 2006

La madre de la criatura.



*al habla Titolina*


Siempre que pienso en Itz se me viene la misma imagen a la cabeza: las dos cantando, escribiendo o bailando. Si no era en Alicante, era en Benidorm, si no en la playa, en la piscina, en cualquier calle o rincón, ahí estábamos las dos, radiocasette en mano, dando forma a algo.

Con Itz las cosas funcionaban, deprisa, casi sin notar, como diría Iván ferreiro. Era una misma manera de ver la vida, y una mirada en medio de un concierto era tan especial como única, y te enseñaba que todo el esfuerzo había merecido la pena.

Siempre estábamos las dos, haciendo travesuras. Aún recuerdo cuando cuatro armarios empotrados de seguridad nos largaron de un escenario al que nos subimos a cantar con The Boyz, esas tardes con Junior haciéndonos coreografías a las que sólo podíamos responder con la ortopedia clásica de una psicomotricidad nula, o esas "tarrinas ikurriñas" que eran la clave para nuestra inspiración (quinientas pesetas!!! qué barata era la felicidad!!!)

Cuando entramos por primera vez al estudio de grabación nos dijimos: "Ya está.Por fin estamos aquí".

La etapa en la que formé parte de Free Soul fue una de las más bonitas de mi vida; ¡compartimos tanto! Itz, te debo momentos increíbles, a ti y a Ab y Marga (mú). Las cuatro lo pasamos genial... (mueve tu cuerpo que este tema pide ñañaaaa)
Tampoco olvidaré que estuvísteis a mi lado en los momentos más duros de mi vida.

Itz y yo teníamos una fuerza juntas increíble. Y no parábamos de hacer reír a los demás. Por eso es duro echarte de menos...

Tarde o temprano podremos volver a vernos. Y mantener largas conversaciones... Tú o sea yo, yo o sea tú.

Mucha suerte en Miami, París o donde sea. Te lo mereces. Eres buena y yo, cual madre de la criatura, os digo que os paséis por aquí:

www.myspace.com/itziarmusic

y veáis que lo que digo no es mentira.

En fin, Free soul siempre.

Te quiero tú, o sea, yo...

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29 julio 2006

Es todo tan falso y simple.

*escribe Titolino*

Ni alimentarse del pasado, ni darle cuerda a los recuerdos.
Gabriel Celaya.

Ayer fue un día de esos que parecen iguales, metódicos y en los que los sentimientos están tan asumidos que ni tan siquiera amortiguan uno de tus dos pasos.
Mi primer día de trabajo, tan falso…, vestido de Cerdo con camisa azul de lino sin una arruga, pantalón negro de señorito y zapatitos finos de camarero de chiringuito.
Edificio de oficinas, cámaras en blanco y negro en busca del sexo más guarro y sucio que puedan guardar las columnas del parking entre señoras y señores con olores a perfume de cincuenta euros.
Sonrisas a todo Cristo, pitillos a escondidas como si fuese un preso con la puerta abierta desde la recepción de tan frío lugar.
Allí sentado siete horas sin hacer nada, leyendo la prensa diaria; diez bocetos de trhow-up sucios, mal rellenados con la línea negra a fat cap sin mirar al trazarla sobre los paneles de mármol veneciano del maldito Hall.
Miré las piernas de las secretarias como cualquier Manolillo español a lo Paco Martínez Soria.
Escribí versos feos de fuga en papel de la empresa, hice de todo sin hacer nada allí sentado. Fue entonces cuando descubrí el silencio, apagué “Con esos ojitos” de siete notas de la discografía mental. Lo miré cara a cara, descubrí los abismos más amarillos que había visto en los espejos: Hacer repaso, mirar dentro.
¡Allí están!, son los sentimientos.
Trece horas antes me dijeron que me amaban, no lo creí, trece horas después tampoco.
¿Por qué?, no lo entiendo, debería llenarme de blanco, gritar la los perros a dos centímetros de sus caras. Recuerdos, recuerdos….Shit!!!

¡A tomar por el culo!, que ridículo vestido de gilipollas, aburrido y sentimental.
Falsedad, de esa que no es ,pero es la que utilizamos para justificarnos, para limpiarnos por dentro.

28 julio 2006

1ª de cuá


*escribe Titolina*



En el colegio, siempre había un día especial para unos y ruinoso para otros en el que había que ir a misa. Entre otras perlas, como el "alabaré", cantábamos una canción que hablaba de que el niño dios (un ser singular) era todo amor, y a continuación se citaba la parte exacta de la biblia en la que se verificaba dicha información.

En el capítulo 4, versículo 8, primera de Juan...

Nosotros, seres entrañables, popularizamos la canción como "primera de cuá". Y mientras, todas las monjas notaban que algo sonaba raro, que no cuadraba, pero nunca descubrieron qué era.

Y así pasó a la historia de las misas domingueras.

Este es un homenaje a las cosas entrañables en la vida, que nos provocan una sonrisa, y también un espacio para señalar lo que no cabe en el concepto Primera de cuá.


Titolino era el niño feo, con gafas y con un parche de mi colegio. Y, ambos niños incomprendidos pero que lo pasaban bien riéndose de los comprendidos.

Bienvenidos a los que, por azar, encontrásteis este espacio, y más si en él, os sentís bien.

1ª de cuá arranca...

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