1ª de cuá

Dos personas escriben en este blog (queda indicado quién escribe qué al inicio de cada entrada): Titolino y Titolina, pretendemos contar estados de ánimo, recuerdos, pequeños momentos, fantasías y deseos. Bienvenidos los que sienten de verdad o los que guardan un pequeño espacio dentro para hacerlo algún día... ***Textos e imágenes registrados en la Propiedad Intelectual. Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso expreso de los autores***

10 febrero 2007

Las Horas Invisibles.

*Pauline horas y horas...

*Últimamente me cuesta mucho escribir...y más hacerlo de manera que se entienda. Así que perdonad mi posible sosez o incoherencia...

(esto sí es serio, sí hay canapés, en contraposición al blog de “esto no es serio, no hay canapés” de antaño....)

*Dedicado a Car, en pdf y con chincheta...

Que mi venerado Bill Viola haga una exposición íntegramente suya en Granada ya es una suerte. Que esa exposición sea en el Palacio de Carlos V, no deja de darle un toque aún más enriquecedor-bohemio-místico. Que, por casualidades de la vida, tú tengas todo el derecho del mundo a asistir al acto de inauguración roza lo inadmisible en materia de fortuna. Que ese acto sea por la noche, te deja sin palabras.

Y ahí estábamos, representados: Mimi, Nico, Mica, Sara y yo. Que quien dice uno, dice que no decaiga y vamos todos que alguien tendrá que representar a los artistas decadentes que nunca llegarán a nada en medio de tanta etiqueta, tanta gente pseudo-importante, tanto enterado en la vida y obra de cualquier persona o cosa que esté de moda. Todos tan bien puestos, y tan guapos... y nosotros, llenos de agua hasta las cejas, pringándolo todo de barro y con una azafata que nos miraba con cara de “¿de dónde han salido estos?”, retórica que le ocasionaba, aleatoriamente, un vahido.

Y ahí estaban las obras de Bill Viola. Yo, impaciente, no he sido capaz de ver un video-arte completo más que en dos ocasiones: una, hace poco en el CCCB (y los sillones atrapadores tuvieron mucho que ver), y otra, las obras de Bill Viola. Sí, es lento como el sólo, algo totalmente contrario a mí, pero consiguió atraparme desde el primer momento con esa búsqueda y análisis de los sentimientos humanos rozando el cataclismo.

Algunas obras que no diré para no romper el encanto a la personas interesadas en asistir a la exposición, algunas obras, digo, son simplemente sobresublimes.

Pero nada superará lo que vino después...

BillVi, que es un tío de mundo y muy majete, se lo curra:

–Venga!!!! Todos al Alhambra Palace!!! Pago yo!!!

El Alhambra Palace viene a ser al glamour granatensis como la imitación de Madonna hecha por Belén Esteban en el programa de Ana Rosa: lo más de lo más...

Y allí estábamos unos cuantos muchos, en una sala de lo más arabesco-chill porque todos lo valíamos. Al principio, todo era muy de gente con saber estar (menos nosotros y unos cuantos más, por razones obvias) Los azafato-camareros que no paraban de girar con el mejor Rioja, cava, champán y derivados... y unos canapés ricos y selectos...(cuando digo ricos lo digo en todos los sentidos...) En el escenario, un grupo que tocaba jazz fussion, con su dj, con su saxo, su flauta y sus temazos...

Lo malo es que la bohemia andalusí tira demasiado, y, al cabo de un rato, todos éramos hermanos. Y quien no se peleaba con Enrique Morente por el último dátil con jamón de bellota era porque no quería. (Enrique Morente: todo un clásico en el Alhambra Palace) Los azafato-camareros se avergonzaban por momentos e incluso llegaban a tener una pizca de pavor, cuando apenas salían de la cocina y había muchos seres de toda índole social y condición avalanzándose sobre ellos, y, en cuestión de segundos, se quedaban con los restos de una bandeja muy bonita, sí, pero vacía, y dando gracias a los dioses mayores por no haberse quedado también en bragas o, en su defecto en calzoncillos o, en su defecto, en ragga-tanga.

Lo del cava se quedó en palabras al cabo de un rato y empezaron a rular los cubatazos como quien no quiere la cosa. BillVi estaba contento, la vida se ve de color de rosa desde ese rincón privilegiado del universo, y, si alguien vio la vida de color de rosa... era Michaela.

Mica tiene la teoría de que se bebe o no se bebe. Así, que, si se bebe, significa que cuando aún tienes una copa en la mano ya tienes que pedir otra. Y eso implicaba ver a Mica perseguiendo con su mierda como un piano a los azafato-camareros por toda la sala, buscando vino. En principio soltó un rollo acerca de las virtudes del vino, de que un vaso al día es hasta bueno, de que ella quería ser enóloga... bueno, no la callamos porque se sentía bien lavando su conciencia, pero nadie se creyó su farsa cuando iba por el séptimo Rioja y no articulaba palabras ni siquiera en italiano. Lo poco que salió de su boquita, aparte de una risa tonto-extraña-alcoholemizada, eran frases que, sin duda están destinadas a pasar a la historia :

“Bebe, es sano”

“Tengo oficialmente hambre”

Claro que, no hay que desprestigiar a Nico, que después de perseguir los vinos como un poseso y que Mica no le dejase ninguno, se rindió a la cerveza y acabó también interesante. Y eso que él no iba a venir porque tenía que poner una lavadora... y acabó siendo el griego más contento de toda la cuidad. Me alegro. Ambos sabíamos que esa noche su destino era otro bastante más triste. El suyo, el mío y el de Sara, quien, por cierto, cogía los canapés a pares, mientras con una gran capacidad de organización ayudaba a Mica a estudiar el lugar estratégico donde hay que colocarse para pillar los mejores. Trabajo de campo, que se le llama.

“Estoy pensando en el pensamiento”- dijo Sara después de doce o trece cucharitas selectas de salmorejo.

En fin, todos tirados, todos descamisaos, fumando porros en el Alhambra Palace. Del primero al último, hasta los azafato-camareros. El glamour había decaído considerablemente (nos peleábamos por las sillas y hubo una mini-competición a ver cual de los invitados había pillado el mayor pedal. Mica alegó que un señor que estaba tirado casi en el suelo y que no sabía ni cómo abrocharse la camisa estaba peor, así que quedó segunda. Debías haberte callado para cubrirte de gloria, tonta.)

Nos fuimos. Unos, como pudieron, arrastrándose hacia los taxis, los lujosos coches ya vendrían a recogerlos al día siguiente. O al otro, o dentro de un mes, eso daba igual... Nosotros, andando, por razones de presupuesto...y eso no era digno para nada: cuesta abajo, con todo mojado y lleno de barro, de noche, con el empedrado milenario y con Nico y Mica a su ser... eso no podía acabar bien.

Mimi saltaba alegremente obviando todos los detalles anteriormente citados, como cabra por el monte, ella es así, sin ninguna estima por su vida... mientras Sara y yo luchábamos por no perder la estabilidad y caer sin remedio. Nico y Mica, simplemente, rodaban cuesta abajo:

– Perdona que no te escuche, pero tengo que centrarme en que mi psicomotricidad cero no me dirija al empedrado milenario por cuestión de gravedad – dije yo.

Al final del trayecto acabamos en una casa con vistas a la Alhambra, con una chica ¿Dimitra? que era de Lesbos y que en su habitación había pintado un Principito. Razón para de más para quedarse. Así, me hermané con un montón de personas, de todo tipo de nacionalidades: unos cuantos griegos, una chilena, un ¿brasileño?, italianos, y gente de todos los rincones de la España plural... aquello parecía la Onu.

Y, oyendo una bossa nova a la guitarra de Carlos, contando nuestros fracasos amorosos para ver quien tenía el más gordo (Mica y yo quedamos a empate, aunque Mimi marcó el broche final con una historia de lo más peliaguda y le dimos el áccesit), me olvidé del tabaco y de algunas cosas más que seguro que no volveré a recuperar, por mucho valor sentimental que tengan... en esa casa me di cuenta de que la vida a veces puede ser maravillosa, como dice aquel señor de gafas y, en silencio, no me quedó más remedio que dar gracias a todos los invitados a esa unión kármica.

Todos, en mayor o menor medida, gente destinada a estar triste ese día, cada cual por sus razones, pero todos luchadores del incansable para nada, olvidando, por un momento, que la vida es injusta con quien menos lo merece.

Y eso es lo que pasa por mi cabeza, querido Bill Viola, pensando en Las Horas Invisibles.
Esas horas que te hacen olvidar que existe la noción del tiempo.

Gracias, gracias, gracias...


*Dato anecdótico: Esta mañana he ido a comprar tabaco a un bar y un señor ha comentado que yo aún no tenía dieciocho años... Lo mejor, es que aún así, me han dado el tabaco.
*Mimi no te preocupes, en tu exposición será igual...
*Próximamente, las fotos de todo esto...

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5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hola wapa!! Como te va todo?
yo tambien fui a la inauguración y vi a tu ex pero a ti no.
Pues la exposición no esta mal, hay obras intereseantes, pero pensé que pondrian mas cantidad aunque ya se sabe lo que dicen; lo bueno si breve...
A ver cuando tomamos un cafe y me cuentas como te va

1 beso

4:16 p. m.  
Blogger chá said...

Hola seas quien seas...

Sí, la verdad es que me quedé con ganas de ver algunas más, pero vamos, en general son una pasada.

Estás en la parra y se te ha olvidado decir quien eres, pero eso significa que eres de mi círculo cercano...jaja, así fijo que quedamos a tomar un café. y si no, pues también...

Viste a mi ex? O_O' ¿¿A quién??Ahhh, si te refieres al Alí, no es mi ex ni ha sido mi novio.

Bueno, lo dicho, un beeeso...
Identifícate la próxima vez, por cierto, estuviste tb en la "copa" de después¿????? no vi a nadie conocido!! qué genial fue, madre mía...

5:37 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡que bien me lo pasé!ya te pasare las fotos!:P´´besitusss

1:54 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡que bien me lo pasé!ya te pasare las fotos!:P´´besitusss

1:54 a. m.  
Blogger chá said...

Sí, Mimi, fue genial!! jeje,

En las fotos se observa claramente como vamos decayendo...

Un beso!

12:03 p. m.  

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