NO PROCEDE.

****Titolina****

“Y, cuando vea a los demás niños salir del colegio, correteando y gritando, y no vea al mío…

¿qué haré yo?”


Tienes veinticuatro años y has perdido a tu hijo.
Quien te diga alguna palabra de consuelo, debería quedarse mudo.
No hay consuelo alguno para ti.

Hoy todos los niños del mundo están a tu lado.
Simplemente miran con descaro, y lo buscan a él.

Nadie se lo cree.
Porque esto no puede ser en serio.
¿no veis qué va a pasar?
Ya no habrá más niños jugando en ese campo.
Porque han dejado de serlo.
Porque les da asco el mundo.
Todo se ha roto.

(Estamos un poco más muertos a partir de hoy, como ya morimos un poco con Isabel)

¿qué hay más fuerte que la rabia, Vir? El odio dices…
Pero no, más fuerte que la rabia es saber que no hay venganza
Que la derrota es total, sin un punto de dignidad que te deje huir, que odiar es imposible a no ser que recurras a algún ente metafísico.
Más fuerte que la rabia es buscar en los ojos de todos los niños
Y no ver nunca al tuyo.
Ni hoy.
Ni mañana.
Ni el día de la madre.
Y ese regalo de Navidad que le has comprado te lo tendrás que meter por el culo.
Porque ya no hay niños que te digan “mamá”

(Era simplemente uno de los miles de niños del colegio, pero no se merecía morir. Quizá sea “inadecuado” en este puto mundo de humanos sin emoción estar tan triste si sólo lo has visto corretear y cambiar cromos.

Pero, yo sólo me pregunto por qué no sigue cambiando cromos.
Y nadie me responde.)