Tres

****Titolina a.k.a Pauline****


Pauline canta. No sabe bien por qué, pero cree que está feliz por las tres buenas conversaciones que ha tenido hoy.

Son las tres de la mañana. Y canta muy bajito, últimamente siempre canta lo mismo: “sí, te veré surfear de nuevo, con tu traje de sirena, y tu tabla plateada…tengo mi tristeza siempre ahí escondida poniéndose guapa, y cuento con ella, pa que me sepa guiar…”, aunque a veces también canta “Da igual a quién, las cosas con ellos jamás saldrían bien, y es que tú y yo , ya no somos como el resto del mundo…”

Le hacen entrar en otro estado, un estado completo, sabe que a quien se las canta, las está oyendo. Sabe que necesita oírlas, y ella, necesita cantarlas. En eso se resume su conexión: un error de redundancia cíclica que hace que necesiten buscarse en un círculo contínuo para encontrarse con lo que son y, al mismo tiempo, sentirse cerca, mutuas, útiles.

Curioso. Una persona que es un desecho de la sociedad, que no encaja, que se mueve por el mundo intentando buscar un sentido (“ir de safari en la ciudad”) pero que, al fin y al cabo, no es nada, no produce, no genera beneficios, resulta ser tremendamente útil en otra persona, de iguales características, simplemente haciendo algo de lo más “inútil” .

Pauline se duerme pensando en todo esto, intentando darle forma. De repente, no está tan mal ser un desecho social, cuando personas tan maravillosas, ocurren.

Qué útil es ser inútil. Qué útil eres en mí, que inútil lo demás.

Y que les den con este canto en los dientes, a los que no lo entiendan.