Luz de invierno.
Titilino a.k.a Saboreo un respirar.
Segunda Oda a la Luz.
Me corresponde iluminar la arboleda
mientras el escarabajo hace su ronda.
W. Blake.
A la luz en un día libre.
"Hoy mis ojos están libres,
lejos de los fluorescentes
puedo contemplar
lo que tu luz muestra,
caricias para la retina.
A contraluz de un sol de invierno,
allí encima de los edificios
el cemento se hace hierba fresca,
las antenas pensamientos.
Son pasos sobre la materia,
la luz entre la suela y ella,
se desbordan vegetaciones luminosas
entre rizos y olores,
apartan el ruido de los autobuses.
Subo por el humo
de una cañita de jachís,
la ciudad queda muy abajo,
aquí cae la tarde
como sábana en cuerpo,
como labio en labio.
Respiro el naranja puro
de las nubes en el atardecer,
saboreo un respirar,
el sentido de un verso
de un poema sin terminar.
No existe luz más limpia;
sin ánimo de exaltar,
luz de Sol, natural y suave,
un ritmo de jazz.
Dedos fríos guardo en los bolsillos,
besos mudos muestro a la noche,
se acurrucan en el corazón
para después pintártelos
bajo la luz de donde sea
sobre la luz de lo que no importa.
Cancioncillas luminosas
paseo por la ciudad,
apartando miradas de ¡Mira ese!, ¿Donde irá?;
son grises contra una sonrisa tonta
llena de partículas eléctricas,
contraluces bellos
del ensueño."
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