Dímelo tú.

*Pauline*

uno, dos uno, dos, uno, dos… mis neuronas recuperan su movimiento bajo el ritmo cortical , eufórico….estoy saltando y respiro, ahora estoy gritando, ahora nada para para nada…

cada uno de mis dedos es una cuerda de una guitarra , y mis brazos son baquetas, y sí, mi cabeza es el bombo… estoy saltando, estoy respirando…

“nada se ha escrito nunca de ningún cobarde”, así que yo escribiré acerca de los cobardes, de los que queman sin fuego, sólo con cenizas, están viniendo letras que no saben escribir tu nombre.

Ni el mío, no tengo nombre cuando hoy te he buscado otra vez, ni nombre ni perdón de dios, el mismo paso sin romper la cadena, y otra vez lo mismo, pero esta vez la diferencia estriba en que, “gritando lo que tú nunca quieres oír”, has salido. Me he sorprendido hasta yo.

uno, dos, uno, dos… a cada paso que doy las elecciones cambian, a cada paso el mundo gira más de mil grados y se marea, pero, al fin y al cabo, me estoy moviendo, que es lo que importa.

“Caótica neutral”

Y lo repito. El orgullo es la distancia de dos cuerpos que se tocan y se separan al instante de saberse juntos porque no saben muy bien qué hacer… y así toda la vida, un choque frontal conlleva un tú a una punta y yo a otra, con el cráneo partido. Lo intuyo. Lo intuyo que estoy respirando y dando rienda a la vuelta y media que dejé suelta por ti. Tengo las tuercas y tú los engranajes. Tengo las cuentas y ¿qué pasa? tengo la siesta de tus venas en la calle de los intentos fallidos por ser vanales.

Inútil inservible mi mirada en tu mirada…sólo cuando te vas tengo un nada que no tengo porque se va. “nada siempre es toda la verdad, nada significa nada” y un chichón en la cabeza del golpe que me di contra el modo-d, poseo más de lo que podía aspirar así que lo vendo y me compro un enchufe y me desenchufo antes de vibrar la ultima nota de adorno que guardé para ti.

Estoy tocando el piano pero estoy tecleando, así que las melodías resultan cadenciosas y variables, según las notas de adorno que te calles. Tengo humo. Y, ¿qué haré cuando aparezcas?

¿qué haré?

Mis dos partes al garete. Tus dos partes al garete. Si soy tonta, reaccionaré, si se me revuelven las tripas, me dejaré llevar por el camino de una lágrima marcando zapatazos. “Hay dos partes y otra que no ves, y otra atada atrás. Si la rompes, puede lastimarte, no puedo hacerlo mejor... sintiéndolo aún caliente como espinas que yo te clavé, alguien dentro y ahora no, cuando te hable habrá una sombra y una patada al final. Si yo lo explico, puedes preocuparte, mejor dejarlo caer... sin ninguna duda, sin saber de todo lo que te hice ayer” Eso me repiten tus rodillas, antes de quebrarse. De repente, nos desplomamos, la una encima de la otra, como cuando luchamos Montescos contra Capuletos y no ganó nadie. Yo allí, en el escenario, tú allí, en el escenario. Ambas dos y los demás con cara de póker, de no haber roto un cuerpo en su vida.

Estoy en ese mismo escenario, y, me planteo si el tiempo que ha pasado ha sido suficiente o no. Si esa decisión que no llegué a tomar era la realmente correcta. Decidí quedarme a tu lado y tú te fuiste. Elegí no coger ese tren y quedarme a dibujarte. Para que el tira y afloja no se acabase nunca, porque tú nunca darías tu brazo a torcer. Decidí no decidir, y ahora comprendo que, cuando no decides, escapa todo y queda un trozo que se pudre. No esperes más, es eso: un trozo que se pudre de esperar.

Así que decidiré. No sé el qué, pero decidiré no esperar otra vez. Alguien enciende las luces del escenario. Me quedo ciega unos siete segundos, las retinas no esperaban aquel fogonazo de luz.

Te veo a lo mejor. Es que no sé, eres sólo la silueta de una silueta. Te veo y estás subiendo al escenario. Creo que me estás mirando, creo q estás siendo cruel mirándome de esa manera, porque yo tampoco estoy tan segura de poder soportar el miedo que da todo esto. Creo que te estás engañando mirándome con soberbia, porque tus ojos nos piden una segunda oportunidad y una tercera, pero cuando dejes a un lado lo que has sido hasta ahora, cuando deje a un lado lo que he sido hasta ahora. Sólo así podría respirarte. Porque, a priori, no sé qué más puedo decirte. No juegues a resucitarte, vivo en dos partes que acaban de hacer las paces. Tú tienes que reconciliarte con esas dos partes tuyas y hacer que fluyan al unísono, no por separado. No sé por qué Montesco y Capuleto tienen que acabar siempre tan mal. Explico al mundo la historia de las dualidades y nadie es profeta en su tierra. Mientras estemos así de lejos, el tira y afloja será un continuum siniestro y hablo y hablo y hablo sin parar, porque cuando no estás siempre hablo sin parar. Pero te vas acercando justo cuando he decidido callarme.
Hablo por las dos cuando no estás. Para no sentir que no estás, hago monólogos enormes para sentirte ahí, para saber que estás, pero ahora te acercas y siento que ya toca callarse. Que va a ser mejor. Porque siento que de repente, has dejado de lado el murito y yo también. Veo borroso pero veo que el murito no está…

Veo que la que ha llegado hasta el final, no has sido tú.
Ha sido ella.

- hola
- … ¿?¿?¿?!!!
- ¿qué haces tú aquí? (últimamente hago demasiado esta pregunta)
- Acabo de entenderlo todo. Acabo de encontrarme. Acabo de decidir ser justa contigo y conmigo. Vámonos. Por cierto, le he cerrado la puerta en las narices a la pesada esa, la que te daba tanto la vara todos estos años cada vez que intentabas hacer algo. Espero que no te importe en absoluto.
- No , no me importa…en absoluto (¿¿¿la habrá matado???)

Se oye una canción de fondo de la Carroza Plástica… Luca está cantando, creo que va a acabar por ahogarse con el cable del micro como siga así:

“no hace mucho tú estabas sufriendo
por heridas del desprecio
que alguien te hizo sentir
y no fue todo......
yo estuve allí para decirte
que no te humillaras más
irónico es lo que yo actualmente hago contigo

pues me canse de seguir siendo
una sombra tuya
pero no se por qué quiero estar a tu lado
si no me haces nada bien

y fríamente dices que soy drástico
sólo porque no quiero salir herido
sólo mira en ti mismo
recordarás que a nadie le gusta esperar
por una llamada de alguien a quien no le importas
y es duro despertar y tener que enfrentarlo

por qué no quieres conocer lo que tengo adentro?
yo quería compartir mi mundo contigo
y aún quiero estar contigo , contigo ,contigo
pero tú no estas aquí y me ignoras
no quiero sufrir por una ilusión
que podría matarme................”

Sí, no sé por qué quiero estar a tu lado si no me haces nada bien. Yo sólo quería no salir herida, entiéndelo. Sí, recordarás que a nadie le gusta esperar…no quiero sufrir por una ilusión que podría matarme, es sólo eso, sólo eso…

Me despierto. No sé si todo ha sido un sueño o qué, no sé si has estado ahí o no, si eras en realidad la que se subió al escenario para abrazarme.

Dímelo tú.