1ª de cuá

Dos personas escriben en este blog (queda indicado quién escribe qué al inicio de cada entrada): Titolino y Titolina, pretendemos contar estados de ánimo, recuerdos, pequeños momentos, fantasías y deseos. Bienvenidos los que sienten de verdad o los que guardan un pequeño espacio dentro para hacerlo algún día... ***Textos e imágenes registrados en la Propiedad Intelectual. Prohibida su reproducción total o parcial sin el permiso expreso de los autores***

22 noviembre 2006

Bienvenidos al Camarote. ¿Quieren pasar o se quedan mirando la puerta?


Titolino a.k.a Esa libreta sigue siendo muy grande.


"Hemos abandonado la pobreza para alcanzar las más altas cumbres de la miseria"
Groucho Marx.


Si entro a saco, entrego mi alma al diablo de la conciencia. Es lo que pensaba muchas veces cuando me enfrentaba al miedo.

Alguien me preguntó en una libreta: ¿Qué pasaría si no existiese el miedo?; y entre divagaciones torpes no conseguía quitarle ese papel de malo de la película que le hemos otorgado.

Pasaron los días con sus minutos dispares, seguí sintiéndolo a escondidas y de mil formas más, y no lograba entender el por que de su existencia en el nacimiento y desarrollo de los sentimientos; durante un montón de tiempo no pude contestar a esa pregunta tanto objetiva como subjetivamente.

El miedo, esa sombra con mil nombres, la piedra número X en mitad del camino con la que siempre tropezamos; ¿Cuántos momentos no nacen por su culpa?, esa es la pregunta tan bochornosa que siempre nos hacemos cuando en realidad la culpa es nuestra.

Si algo he aprendido durante mi corta y leve estancia en este mundo, es que de la mierda puede nacer vida; bucle infinito del estiércol de la vacas y los campos donde pastan.

El miedo es algo de lo que nunca nos tenemos que desprender, sin él no valoraríamos todo lo que a nuestro alrededor pasa, no seriamos jueces por un momento de lo que nuestro individuo social realiza casi sin darnos cuenta. Esto es lo que nos hace libres, y en cierto modo constituye los fundamentos más básicos de lo que nos han ensaño y nos enseñan sobre el clavito entre ceja y ceja llamado Felicidad.

El miedo y su gran amigo el caos van de la manecita muchas veces, son momentos de negrura, un olor neutro en nuestra narices ante mil flores que nos hace inoperantes a impulso; los que tengan dos dedos de frente más de unas cuantas veces se martirizan por ello, y sinceramente, hoy por hoy me río de estos actos autodestructivos que solamente nos valen para sentirnos seguros de algo que la mayoría de las veces ni han pasado y en un gran porcentaje no pasaran.

Desprenderse de él es un error, pero lo es más aún dejarnos a la deriva de su naturaleza disparatada.

La cita de Groucho Marx que abre esta divagancia, lleva teniendo el titulo de frasecilla del día desde hace ya unos cuantos. Alcanzar las más altas cumbres de la miseria…¿Bello paraíso?; dejando la retórica y algo de ironía canalla a un lado, existen momentos de calificación bastante baja con igual esencia pura que los idealizados como buenos o satisfactorios, si son vividos de manera consciente con las emociones a flor de piel se convierten en una parte de nosotros tan válida y gratificante como cualquier otro de nos provocaría esa sensación tan genial de ser uno mismo.

Si nos perdemos hemos de saber que preguntando se llega a todos lados, y no quedarnos callados con esa cara de ir llorando por las esquinas cuando pensamos que nadie nos ve.

Asimilar es vivir, como vivir es a coherencia, y en esto no hay tiempo, espacio o personas que por muy abstractos que sean sus comportamientos puedan corromper.

Bienvenidos seáis al Camarote todos aquellos que vivan el instante, que no se dejen el tiempo tirado por el suelo como un ovillo que de tanto ir de un lado para otro acaba por enredarse.

1 Comments:

Blogger chá said...

te pregunté yo.
Ya hablaremos en ese sitio secreto de lo feo que eres y mi grado de cucada.

un beso con palanca...

8:22 p. m.  

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