Titolino a.k.a
Kill your T.V
”La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades.”
Sócrates.
Desde hace un tiempo, vivo sin televisión, radio y periódicos; no quiero saber nada de ellos y de la comunicación que los lucra.
Los medios no son objetivos, eso ya lo sabemos.
Hoy he cogido el Ideal de Granada para ver la viñeta de Garfield, y no he podido evitar dar una pasada a la sección de nacional; me suena a lengua muerta, o más bien, a extraterráqueo; les he perdido el rollo.
Ver a los payasos de Acebes y Montilla siempre es una experiencia digna de gastar un instante, pero si la vives constantemente parece algo normal, y encontrarte después de un tiempo otra vez con el lameculeo que es la política en general es una sentencia definitiva de lo que es la opinión critica.
Los periódicos son una basura, sobreviven a base de los suplementos y los puntos que dan para regalitos bien pagados. EL PAIS es lo peor, he trabajado con ellos y es surrealista la mala organización y los progres inoperantes que en él trabajan, la mayoría.
El Sr. Pedro Jota Ramírez aburre a las piedras con sus editoriales apocalípticas.
EL ABC es y seguirá siendo EL ABC…
La televisión es una vergüenza, Kill your T.V (una pintada clásica) es el lema.
Telecinco y sus gritos desagradables, Cuatro para los modernos, y el maldito fútbol de La Sexta.
Iñaki Gabilondo, vuelve a la radio…
Devoré periódicos en cafeterías, escribí artículos y ensayos en base a lo leído y reflexionado sobre lo que me contaban; los miro con desgana.
Ojos que no ven, corazón que no siente o ojos que no ven, mierda que te comas, relativismos a parte, los medios nos quieren contar tantas cosas todos los días y en realidad no nos cuentan NADA; mentiras, roturas subjetivas.
Su destino es acabar arrugados y húmedos como periódicos en cuartos de baño;
la negrita de los titulares es un truco demasiado fácil para cualquier humano con dos dedos de frente.
¿Qué se cuece mientras estamos entretenidos con tantas imágenes y palabras?;
eso solamente lo saben ellos.
Libertad de expresión…¡qué bonito, qué políticamente correcto!
Recuerdo la sensación y las lágrimas de dolor que viví después de ver una obra de Bill Viola, una videoproyección en la que se mostraban imágenes reales de violencia emitidas en televisión y escenas de películas de manera simultánea. Al principio era fácil diferenciarlas, la Guerra retransmitida por la CNN y el Sr. Schwarzenegger con su sayonara baby, formaban un contraste más que evidente. Los minutos pasaban y las imágenes ya no eran tan antagónicas en forma; al final en pantalla completa, con una calidad de video muy neutra, una escena de un chico de alguna ciudad centro africana tirado en la calle a ras de bordillo agonizando, de repente un hombre armado se acerca con un A.K 47 y le dispara en el pecho.
Se que lo que acabo de contar no es nada agradable y por un momento he titubeado en relatarlo sin previo aviso al lector, pero en esto está lo que Bill Viola pretende con esta obra comunicarnos: estamos totalmente acostumbrados al bombardeo de escenas que los medios nos regalan, películas, informativos o cualquier otro soporte comunicativo, sin pararnos a valorar lo que verdaderamente nos están mostrando.
No supe que esta escena era real hasta que no salió el logotipo de la cadena que la emitió, el cuerpo se quebró.
No podemos evitar a los medios, y mucho menos la comunicación, pero si valorar por un momento lo que nos están mostrando y la manera de hacerlo.
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