Comemos caramelos.
ha surgido emocionada.
¡Qué movimiento de colores!-
N. Ruet.
A Gretel con el pelo rizado.
que nadie se entere
de que comemos caramelos.
Saboreándolos a ritmos diferentes
aunque sean del mismo sabor.
Azúcar,
el sonido de la saliva,
dulce percusión.
Bastoncillos de regaliz rojo
rizándose para formar palabras.
Hansel y Gretel
descubrieron una casa,
paraíso de la inocencia;
vienen a comérsela
mientras el fuego purifica
a la bruja y sus maldades.
Caminos de gominola,
las únicas lluvias
serán de Lacasitos,
colores fundiéndose
en nuestras bocas.
¡Qué no nos busque el Leñador!,
por aquí podemos ser felices;
él ya tiene bastante
con ser un humano corta-árboles.
Tengo una piruleta
con forma de corazón
para cuando quieras degustarla,
masticarla es lo mejor.
Las risas con los labios
pegados por el azúcar
también son risas
de igual esplendor;
endulzando los silencios,
sensaciones de paladar lento.”
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