Basura

Pauline hipercalórica.

Suena el teléfono.

- Tita tita titaaaaaaaarronaaa!!!!!
- ¿qué, qué queeeeeeeeeéeeeeééé??
- ¿dónde estás? ¡¡¡te he comprado un regalo!!!!
- Pues por poco no me pillas en tu casa, ahora estoy en la mía. ¿qué es? ¿qué es?
- No no no no!!!! es requetesorpresa!!!!! Espera!!!

Seis minutos más tarde…

- ¿qué es? ¿qué es?
- No, primero los besos y las gracias. ( ¿¿a esta niña por qué le enseñaron educación?? ¡con lo que me cuesta luego asilvestrarla!)
- Mmmmmmuá! Gracias, ¿pero qué es? ¿qué es?
- ¡Cierra los ojos! (joder con la niña, se hace de rogar…)
TACHAÁÁÁÁÁAAANNNNN!!!!

Un Happy Meal. Oh Dios, comida basura. Auténtica comida basura, de las de verdad. Se me había olvidado qué aspecto tenían… Oh, quiero a esta pesadilla porque hablamos el mismo idioma desde que me echó su primera bocanadita…

- Gracias, gracias gracias, gracias, muáa, muá ñam , muá, muá, ñam ñam…
- Me estás pringando toda…
- Lechuga!!!! Mira, es lechuga y me la estoy comiendo!!!

Mi madre apareció histérica. Miraba la hamburguesa como su fuese una inocente arma de destrucción masiva.

- ¿qué haces? ¿qué haces?
- Disfrutar, mamá, disfrutar muuuucho.
- Pero no…
- Shhh...Calla, calla…ñam ñam…

No quiero ni comentar como acabé aquella noche. Mi madre me repetía, “te lo dije, te lo dijee!!” como una histérica. Mi sobrina se reía tremendamente…

Gracias. Gracias porque eres increíble más allá de los niveles máximos de lo increíble.